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El proceso de adaptación a la “nueva normalidad Covid-19”

Hablemos sobre el miedo y preocupación que nos provoca la nueva normalidad y pongamos en práctica las herramientas que aquí mencionamos para enfrentar la ansiedad.

Creemos que para la sociedad a nivel mundial hay un antes y un después del Covid-19. El confinamiento exigido por la pandemia ha cambiado completamente nuestras rutinas, alterando todas las áreas que componen la vida de una persona, desde el aspecto laboral y financiero, el cuidado personal físico y mental, hasta nuestra vida social. 

En este artículo te daremos herramientas útiles de adaptación para el retorno a la “nueva normalidad” con menores niveles de estrés y ansiedad. Quédate para que te contemos más.

La adaptación, en psicología se entiende como el proceso por el cual un grupo o un individuo modifica sus patrones de comportamiento para ajustarse a las normas y situaciones que suceden en el medio social en el que se mueve. En otras palabras, la habilidad de ir cambiando lo que hacemos y como nos comportamos dependiendo de lo que esté pasando a nuestro alrededor. 

Estarás de acuerdo que ha llegado un momento en el que diríamos que ya logramos adaptarnos a vivir en cuarentena, aún después de todo el caos que esto ocasionó al principio… Pues ahora resulta que nuevamente nos tenemos que adaptar a una “nueva normalidad”; esto implica demasiados cambios en un periodo muy corto de tiempo ¿no crees?

¿Te sientes listo para regresar a la “normalidad”?, ¿consideras qué eres una persona que se adapta con facilidad a los cambios? Si tu respuesta es que no, quédate con nosotros y apunta las herramientas que aquí te vamos a dar para enfrentar la ansiedad que provoca esta “nueva normalidad”.

“…así como estadísticamente vemos representada la curva de contagios, podríamos representar con curvas los cambios emocionales que hemos ido experimentando durante los últimos meses…”

Reconozcamos que las alteraciones que la pandemia ha traído a nuestras vidas no han sido negativas en todos los casos, pues para muchas personas el distanciamiento social ha traído buenas oportunidades, como el tiempo, valiosas horas que ya no pasamos transportándonos día con día o simplemente que no estamos distrayéndonos con actividades del exterior. El tiempo nos ha sido útil para retomar proyectos personales o del hogar, para conectar con nosotros mismos y nuestra espiritualidad, practicar más la convivencia familiar, entre otras cosas…

Pensamos que así como estadísticamente podemos ver representada la curva de contagios, podemos también representar con curvas los cambios emocionales que hemos ido experimentando durante los últimos meses, ¿cómo representarías tú tu curva emocional?

Cambios tan radicales como los que estamos viviendo actualmente, nos causan problemas emocionales, reflejados en su mayoría por la ansiedad y el miedo. Hay personas que pueden adaptarse más fácilmente que otras; otras a quienes podría costarles bastante trabajo regresar a la normalidad. Este segundo grupo de personas en lugar de esperar con ansias salir, ir a restaurantes, clubes o retornar al trabajo o escuela, comienzan a experimentar preocupación por retomar las actividades cotidianas y la vida social.

Si tú sientes que nos estás listo y no solo eso, sino que no quieres entrar a la “nueva normalidad”, eres una de estas personas de las que te hablamos. Permítenos decirte que no estás sólo y que muchos están sintiendo lo mismo que tú, y es perfectamente normal.

Para disminuir los sentimientos de angustia y preocupación que sentimos con el simple hecho de pensar en la nueva normalidad es necesario entender las posibles causas de lo que estamos sintiendo.

A continuación, te explicamos algunas de las causas más comunes acompañadas de herramientas que podrías usar a tu favor:

  1. No sabes que significa la “nueva normalidad”

Y es que ¿quién realmente lo sabe? si día con día vemos cosas nuevas y diferentes en las noticias y muchas veces ni los mismos gobiernos saben cuáles son las recomendaciones y medidas adecuadas; absolutamente todos estamos aprendiendo a adaptarnos al contexto que nos está tocando vivir.

¿Tendremos que caminar por las calles con más de un metro de distancia con las demás personas?, ¿las reuniones serán de 5, 6 o 10 personas?, ¿los salones de clase se usarán a la mitad de su capacidad?, ¿algún día regresarán los conciertos y eventos masivos? La verdad no lo sabemos, un día nos dicen una cosa, otro día otra y al final nunca estamos realmente preparados para volver a nuestras actividades, sobre todo porque este regreso será muy lejano a lo que llamamos normalidad.

“…Cuando no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos…”

Entonces es momento de aceptar que es una situación que no se encuentra bajo nuestro control, a la cual ni la ciencia tiene una explicación y tampoco una solución concreta, sin embargo. Lo único que si puedes hacer es elegir cómo percibes lo que está sucediendo y como actúas ante ello.

Un famoso neurólogo y psiquiatra austriaco llamado Viktor Frankl quién pasó muchos de sus días dentro de un campo de concentración, una vez dijo: “Cuando no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos” y es así, justamente lo mejor que podemos hacer en estos casos.

Estas son nuestras recomendaciones:

  • Ten paciencia con las decisiones que toman los líderes y paciencia con los otros, cada quién se adapta como puede y a su propio ritmo.
  • Enfócate en resolver todo aquello que si está en tus manos y no dejar que tus emociones te controlen.
  • Encuentra una motivación, si te reconectas con los planes a futuro que tenías antes de la pandemia y también con los nuevos planes que la cuarentena originó, teniendo tu objetivo en la mira será más fácil decidirte a retomar poco a poco tus actividades.
  • Infórmate sobre los protocolos de regreso a la normalidad de tu ciudad y de las grandes organizaciones, esta información puede cambiar de manera repentina y es mejor estar al tanto. Recuerda buscar esta información en fuentes confiables y no dedicar mucho de tu tiempo en esto, para evitar la sobreinformación (esto podría ocasionarte mucha ansiedad).
  1. Eres una persona introvertida.

Podría decirse que hay dos tipos de personas en esta vida: las introvertidas y las extrovertidas. El primero es un grupo de personas que disfrutan mucho del tiempo a solas y las actividades que pueden realizar sin necesidad de compañía. Estas personas se sienten más cómodas en grupos reducidos de gente y tienden a evitar el contacto social y las conversaciones muy largas, sin que esto signifique que sean personas inseguras o tímidas, por el contrario, muchos de ellos suelen ser muy extrovertidos cuando se encuentran con su pequeño grupo de personas de confianza, es posible que incluso tengan buenas habilidades sociales y de liderazgo, pero, simplemente, si les dieran a escoger, se quedarían en casa antes que asistir a una reunión con muchas personas.

“…las personas introvertidas viven en el reto constante de salir de la zona de confort para adaptarse a vivir en sociedad…”

Es muy probable que una persona introvertida se haya podido adaptar con mayor facilidad al confinamiento y al distanciamiento social y estén muy cómodas con la situación, a tal grado que pensar en volver a salir de casa y retomar las actividades económicas y de ocio les genere mucha angustia y pensamientos negativos ya que las personas introvertidas viven en el reto constante de salir de la zona de confort para adaptarse a convivir en sociedad.

¿Qué podría hacer si soy una persona introvertida para facilitar mi regreso a la “normalidad?

  • Piensa que ya lo has hecho anteriormente, eso quiere decir que, dentro de ti, en alguna parte ya se encuentran todas las herramientas para hacerlo de nuevo.
  • Utiliza tus cualidades a tu favor, las personas introvertidas suelen ser muy reflexivos y ordenados, crea un plan en el que poco a poco te vayas sumando a más actividades en conjunto con otras personas, hazlo a tu ritmo. Recuerda que las reuniones comenzarán realizándose en pequeños grupos, quiere decir que el entorno ira paso a paso contigo.
  • Aprovecha este momento para reconsiderar tus relaciones, aléjate de toda relación que no te haga sentir cómodo. No tiene nada malo tener pocos amigos, es un aspecto en el que la calidad importa más que la cantidad.
  • Recuerda que está bien no querer asistir a todos los eventos sociales, está bien decidir pasar tu tiempo a solas y están bien no contestar tu bandeja de mensajes inmediatamente.
  • Encuentra tu punto de equilibrio, la vida social también es un aspecto importante de la vida, mantente en contacto.
  • Acude con un profesional, en la psicoterapia el terapeuta y tu pueden trabajar juntos con la práctica de las habilidades sociales y la disminución de la ansiedad producida por el contexto social. 
  1. Te da miedo poner en riesgo tu salud física

Contar con una buena salud, es probablemente la necesidad más básica de cualquier especie para vivir una vida plena. Por desgracia, es precisamente justo la salud la que más se ve amenazada ante la situación que estamos viviendo. Lo peor, es que no es únicamente nuestra salud, sino también la de nuestros seres queridos y de la sociedad en general. Por este motivo, es perfectamente comprensible que el miedo y la ansiedad se respiren en el ambiente.

El miedo que sientes de salir a las calles y relacionarte con otros es totalmente normal, nosotros también lo sentimos, pero no podemos dejar que ese miedo decida por nosotros. Esto es lo que puedes hacer para reducirlo:

  • Investiga cuáles son las recomendaciones de los profesionales para el mejor cuidado de tu salud, sabiendo que estás tomando las medidas preventivas adecuadas podrás poco a poco retomar las actividades que te hacen feliz con total seguridad.
  • Prioriza tu salud, aliméntate sanamente, cuida tus horas de descanso, haz ejercicio, toma vitaminas, etc. Tú decides, lo importante aquí es que, si sientes que tienes un cuerpo sano, el miedo de contraer cualquier enfermedad disminuye.
  • Usa tu creatividad, ninguna medida es exagerada si a ti te hace sentir seguro.
  • Consulta un profesional de la salud si tienes dudas, ellos están ahí para ayudarte.

4. Siempre has sido una persona que tiende a la ansiedad

Si frecuentemente tienes sentimientos de miedo o preocupación sin tener muy claro el motivo, acompañados de síntomas físicos cono la sudoración en las manos, palpitaciones en el pecho, sensación de vacío en el estómago, entre otros, es probable que sufras algún rasgo del trastorno de ansiedad. Esto claramente no te ayuda mucho a afrontar la situación actual.

“…la ansiedad que la situación les produce, puede incapacitarlos de distintas maneras.”

Es normal que tengamos sentimientos de angustia con el simple hecho de pensar en que pronto pasaremos de hacer nuestras actividades con tranquilidad en casa a correr de un lugar a otro, además sabiendo que hay un riesgo físico de por medio. Pero para algunas personas esto puede resultar como toda una tragedia, algo que de verdad sienten que no podrán soportar y la ansiedad que la situación les produce, puede incapacitarlos de distintas maneras.

Si sientes que esto te puede estar pasando a ti, te pedimos que tomes en cuenta nuestras recomendaciones:

  • Trabaja en un plan de preparación personal para la nueva normalidad, piensa en todas esas cosas que te causaron ansiedad cuando la pandemia llegó y prepárate para evitar que te vuelva a suceder. Puedes por ejemplo cuidar más de tu salud física o preparar un plan de ahorro que te de mayor seguridad financiera para el futuro.
  • Haz más de lo que amas, si durante la cuarentena descubriste que hay actividades que te hacen sentir más feliz contigo mismo, dedícales un parte de tu tiempo y no dejes de hacerlas cuando regreses a la “normalidad”.
  • Prepara tus habilidades de afrontamiento como los ejercicios de respiración para calmar la ansiedad, escribir tus emociones, etc.
  • Acude con un profesional de la salud mental. La ansiedad merece ser tratada con herramientas y técnicas especializadas, si el problema se vuelve más grande que tu no lo dejes pasar, entre más rápido acudas a la terapia, más rápido podrás deshacerte de las cadenas de la ansiedad.

Sea cual sea tu situación queremos invitarte a que te detengas unos minutos, piensa en todo lo que ha sucedido estos meses, mira cuánto has cambiado durante este tiempo. Hazte sentir orgulloso de las fortalezas que te han traído hasta aquí, y permítete ser vulnerable y sentir miedo; es perfectamente normal.

Tomate un tiempo para sentir y darte cuenta de lo que pasa por tu mente cuando te sientes con miedo o angustia, para que después puedas tomar acción en mejorar tu propia situación. Debemos estar tranquilos, recuerda que este es un reto que tenemos todos como sociedad, por lo que no debes apenarte o sentirte raro, tampoco dudes en acudir al apoyo de tus seres queridos, compañeros de trabajo y/o escuela, amigos o de los profesionales de la salud y organizaciones civiles. 

Tus mejores aliados durante este y cualquier proceso de adaptación, además de la información, son la paciencia, la asertividad y por supuesto el autoconocimiento. ¿Sabías qué una buena manera para desarrollar estas habilidades es la psicoterapia? Si te interesa, uno de nuestros terapeutas podría ayudarte, dale click al botón morado para saber más.

¿Te sientes de esta manera? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!

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